El silencio de un hijo...
Qué difícil es para un padre ver cómo maltratan a su hijo. Y cuando hablo de maltrato no me refiero a golpes o a insultos, hay maltratos que pasan casi inadvertidos. Y habemos madres que los intuimos en los pequeños cambios que presentan nuestros hijos.
Este fin de semana descubrimos la razón del cambio en la actitud de nuestra hija Almendra (10 años): Pasó de ser una niña súper sociable (el timbre sonaba hasta 4 veces en el día) y comunicativa (todo el edificio hablaba con ella) a encerrarse en su pieza escuchando música o jugando con sus muñecas. Todo comenzó el Sábado cuando Hugo le pidió que en vez de mirar tanta tele (conducta poco habitual en meses anteriores) que bajara a jugar con las niñas del edificio. Lo hizo de mala gana y lo interpretamos como flojera. En una de esas, por instinto, se me ocurre mirar desde el balcón para ver lo que está haciendo y con horror descubro que ella está agazapadita en un rincón mirando a los otros niños jugar. Luego de varios minutos ella se acerca al grupo de niños e intenta unirse, pero con más horror aún, descubro que un par de niñas hace que el grupo se desarme y la dejan sola, en medio del patio.
A los 5 minutos ella llega de vuelta al departamento y nos dice que su amiga Sofía jugó con ella un rato pero que después se aburrió y se devolvió a la casa. Mi corazón se hizo chiquitito y quise decirle que no bajara a jugar más y que se quedara con nosotros, pero Hugo me convenció que la única forma que esto se terminara era que ella siguiera insistiendo a que la aceptaran en el grupo de juego.
Ayer Domingo alargué un poco la salida a jugar. La dejé ver televisión, leyó un libro de Mafalda y después jugó en la computadora. En la tarde Hugo le pidió que bajara a jugar un rato para que despejara "los pajaritos". Y otra vez yo estaba pegada en el balcón mirando qué hacía ella y qué hacía el grupito.Y vuelta a observar con sorpresa como el grupo se movía cada vez que ella intentaba acercarse! Hubo unos minutos en que ella se sentó entremedio de las jardineras a sacar hojas de las plantas y un par de niñas se interesaron en lo que estaba haciendo y se acercaron a hacer lo mismo. Y a los pocos segundos, las gemelas (deben tener no más de 8 años) se acercaron a las niñas y se las llevaron. Ahí me di cuenta que ellas son "las abejas reina", los niños siguen y hacen lo que ellas dicen.
Me vino a la mente dos sábados atrás cuando llegamos al edificio y había un cumpleaños con juegos inflables, payasos, máquinas de popcorn y un karaoke infantil. Se veían todos los niños del edificio jugando abajo y pensé que era un "evento de la comunidad", le pregunté a la Alme y ella dice: "Voy a ver". Regresó a los minutos, con cara de pena y me dice que estaba terminando y que era el cumpleaños de su amiga Sofía, que cuando la vio le dijo que "se le había olvidado la invitación para ella" y que las gemelas le dijeron que el "cumpleaños era sólo con invitación y cerraron la puerta del salón". Debí haberme dado cuenta en ese minuto lo que estaba pasando!
Mi Almendra no es de conflictos, no sabe decir garabatos (eso creo), nunca me han llamado porque haya estado en medio de algún problema en el colegio, es más siempre me han dicho que ella se adapta a los grupos y es algo así como "la madre" en los casos de problemas entre compañeros. Siempre le hemos dicho que TODOS somos iguales, que ninguno es peor o mejor que el otro. Que cuando se discrimina a alguien, a esa persona se la disminuye y se le hace creer que no existe y que eso no es cierto.
Si yo le enseño eso, por qué otros padres no hacen lo mismo con sus hijos? Tendré que cambiar mi forma de crianza y decirle que mejor le diga un par de garabatos a estas niñas?, que forme un grupo de "renegados" y que les peguen a los otros? Que es mejor que ella cambie y deje que las demás le digan como ser para que no la aparten?
Esta tarde leía información acerca del Bullying, porque cuando se habla del Bullying uno piensa inmediatamente en golpes o garabatos. Pero no, una forma de Bullying es separar a los niños socialmente, "ningunearlo" delante de los otros niños para que el propio afectado vea que no tiene valor en esta "sociedad". También los "Bulliers" someten al grupo para que se separen y “envenenan” a otros contra él. Con esto no importa lo que el niño haga o deje de hacer, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de los otros. "A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria y haciendo sentir que el acosado merece el acoso que recibe".
Y cuando terminé de leer esto es que me di cuenta de que mi Alme había cambiado muchísimo en menos de 1 mes: ya no salía a jugar, su amigo ya no la venía a buscar, las niñas pequeñas que jugaban con ella en los columpios no jugaron más y así, poco a poco mi niña se volvió una solitaria encerrada en su pieza, escuchando música, leyendo libros y jugando con su hermana. Cuando le pregunté, dijo que era más divertido jugar con sus muñecas. Que el Santiago no quería jugar porque "las mellizas decían: "son pololos, son pololos" y todos les cantaban lo mismo. Que le dijeron que tenía las piernas peludas como hombre. Que usaba lentes. Y así.... cada palabra que salía de su boquita era una daga para mí y en mi cabeza me repetía: cómo no me di cuenta antes?, por qué la obligamos a ir a jugar?
Mi naturaleza de leona me mandaba a que bajara a gritonear a las niñas, a llamarle la atención al Santiago, a garabatear a las madres de estos cabros chicos de mierda... pero mi corazón me decía que esa no era la solución. Mi solución es proteger a mi hija, no exponerla más ni mucho menos a seguir humillándola frente a estos niños. Como madre sé que mi función es darle las herramientas para defenderse en estos casos, pero ¿cómo le enseño que todo lo que le dije antes sobre la discriminación y el bullying a los otros, todo eso es palabrerío cuando la discriminación y el bullying es hacia ella?
Siento que mi labor como madre ha sido pobre, qué cuando la debía defender no lo hice, que ahora tengo que esconderla para que no la sigan molestando. Pero mi instinto primitivo me dice que debiera enseñarle a defenderse, a golpear si la golpean, a garabatear si la ofenden, a pisotear a quién la humilló... y así es como me volvería una más de las madres/padres que hacen que el círculo de la agresividad no cierre nunca.
Soy hija de un padre violento y de una madre golpeada. Fui polola de un hombre que apenas supo de mi embarazo me golpeó hasta que se aburrió. Fui víctima de bullying cuando chica y hasta que salí del colegio. Mi pasado no es el mejor ejemplo para mis hijas, pero por lo mismo es que quiero que no se repita ni en ellas ni en nadie más...